El fin de las utopías (y del cine) – Entrevista con Michael Wahrmann para MATICES – VERSIÓN COMPLETA

El fin de las utopías (y del cine)

Entrevista con Michael Wahrmann para MATICES – VERSIÓN COMPLETA

 La ópera prima “Avanti Popolo” de Michael Wahrmann tuvo bastante éxito en el circuito de los festivales de cine en 2012 y 13. Se destaca no solo por un radicalismo en su forma, pero también por la manera como tematiza las consecuencias de la dictadura militar en Brasil. Philipp Hartmann encontró Michael Wahrmann en el FICUNAM en la ciudad de México y lo entrevistó para MATICES por e-mail.

MATICES: “Avanti Popolo” trata de un encuentro entre un padre, viejo ya (interpretado por el recientemente fallecido cineasta brasileño Carlos Reichenbach), y André, su hijo adulto (interpretado por André Gatti, antiguo profesor y historiador de cine brasileño del director). O mejor dicho, trata de un no-encuentro, un constante fracaso de entenderse. El padre vive encerrado en su casa y su pasado, determinado por la pérdida de su otro hijo desaparecido durante la dictadura militar en Brasil. Una soledad brutal e insuperable. El hijo no logra encontrar ningún vínculo para conectarse con el pasado y con su padre. Las imágenes de las viejas películas super8 que encuentra en la casa quedan vacías. Y también las músicas y canciones de diferentes movimientos populares de la historia latinoamericana – un motivo central de la película – parecen ser algo que viene de un pasado tan lejano y inalcanzable como los recuerdos del hermano/hijo desaparecido. Al final de la película, quien supera los varios fracasos de comunicación, es el mismo director: haciendo el papel de locutor de radio, no se rinde ante un disco rayado y él mismo canta la canción “Avanti Popolo”. Pero vemos al mismo tiempo imágenes de una sala de cine destruida, en ruinas.

Un final al mismo tiempo optimista y fatalista?

Michael Wahrmann: Para mi el final es fatalista totalmente. La película entera trabaja el motivo del fin, de la muerte. La muerte de las utopías, ideologías, canciones revolucionarias, esperanzas, conciliación y eventualmente, el proprio cine.

Es verdad, el locutor canta Avanti Popolo, pero lo canta derrotado, triste, solo. Es un himno revolucionario. Los himnos se cantan en grupos, lo cantan los pueblos, los movimientos. Y aquí, no quedó nadie para cantar. Y después entendemos que quien canta, no es solo el locutor, sino el proprio director de la película, yo, que no obtuve un coro para cantarla junto con nadie. Porque el disco fallo. Porque fallo la revolución. La esperanza, el cine. Porque hacemos filmes herméticos, fuera del sistema, que nadie ve. Entonces el canta derrotado, en cuanto vemos un cine en ruinas. Y en este momento es que todo se junta. Lo histórico, lo político, lo estético y la soledad. Pero puede ser que eso sea también un canto de esperanza, de resistencia, puede ser que tengas razón. Puede ser que una voz baste para levantar los difuntos. Aunque no se si eso no es muy utópico. O tardío.

César Vallejo, un poeta peruano que vivía en una época mas optimista escribió esté poema que se llama MASA:

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…

El amor de los hombres vence, creía el. Yo no lo se. Soy todavía muy joven para eso.

La parte final del filme, donde en otros filmes, tendríamos una redención, una solución a la lucha de una historia, un momento heroico, en Avanti Popolo es lo contrario. El padre es ciego, hacia su pasado, su futuro, su familia, no ve nada. El hijo que intenta reavivar su memoria, falla en su intento que tiene como objetivo recuperar su viejo cuarto cerrado y no dormir mas en el viejo sofá del living, o sea, su tentativa ni es tan bien intencionada, es egoísta. Ni las imágenes del pasado lo salvan, ni revivan la memoria. Ni la presencia de un amor familiar lo hace. Y la memoria que reaviva, reaviva lo que exactamente? De alguna forma es fatalista en ese sentido, de que la conciliación tal vez no sea posible. Y eso tiene mucho a ver con la situación política actual, con las comisiones de la verdad de américa latina. Con una parálisis que siento.

Y esa relación con la memoria, es compleja, y me hace acordar una citación de Amos Oz, que dice: “Hay que olvidar, pero sin olvidar lo olvidado”. O sea, es siempre ambigua esa relación del olvido. Es necesario, pero también imposible. De cualquier forma, no me parece que en ninguno de los casos, sobre lugar para esperanza. La esperanza, mas que todo, temo yo, nos deja ciegos. Y al mismo tiempo, que hacemos sin ella? Como seguimos? Es complicado.

No lo se. Puede ser que de nuevo, tengas razón. Que ese canto, no sea tan fatal. Y el cariño entre padre e hijo al final de la película, que ni es tan cariñoso, baste. Puede ser. Cada uno con sus esperanzas, no? No se le puede obligar al otro creer o parar de creer.

Al mismo tiempo, no me gusta afirmar tanto. Me parece que nuestro papel como directores, no es afirmar y si cuestionar. Estoy siendo ultra fatalista de propósito, provocando, no se si realmente todo acabó. Apenas lo pregunto, tengo duda, no se. Yo como izquierdista frustrado, des iludido, que encuentra un muro que no sabe pasar y para. Yo como director de cine, cuyas películas nadie ve. Y ahora que hacemos? Que hago yo? Para que lo hago? No se.

Te cuento un pequeño encuentro que tuve después de una de la sesiones de la película en el BAFICI en Buenos Aires, que tal vez ilustre esta duda y ambigüedad:

Al final de la exhibición, un joven de pelo largo se me acerco tímido y dijo:

Tu film es sobre la muerte, no?”

Si”, le respondí.

La muerte de todo, no?”, me dijo triste.

Si, no sobró nada mas.” Le afirmé para ver que pasaba.

Todo esta terminado…”, me miró ya con los ojos mojados.

El cine, las utopías…todo.” respiró fondo, asegurando su lloro.

Lo miré con cariño.

Yo soy venezolano…y……….”.

Me dijo con una mirada derrotada sin terminar su frase.

Le puse un brazo en el hombro, sin saber que mas hacer.

Nos quedamos parados, mirándonos, sin decir nada, entendiendo.

Le di un fuerte abrazo y nos despedimos.

El se fué andando lentamente en medio a una sala multiplex cubierta por alfombras violetas y rojas, paredes decoradas con oro falso, y adornos ostensivos.

Solo me quedé en duda, si el estaba tan triste por la reciente muerte de Chávez, que lo dejó sin esperanza, o si para el, fue la vida de Chávez que significó el fin. Y no lo sé. No se si importa.

Su desilusión y soledad es la misma.



Avanti Popolo” es una película que habla de la dictadura militar, de los desaparecidos y de la historia en general de una forma bastante diferente de muchas otras películas latinoamericanas. Vos tratas el tema de una manera indirecta, sutil. Casi no se habla sobre la pérdida del hermano/hijo, pero el trauma que esto ha causado siempre se siente. Me parece casi que mientras menos se tematizan directamente, mas fuertes se sienten estos vacíos que la dictadura dejó. Puedes hablar un poco sobre este concepto de reducción y minimalismo – temáticos y también formales – en “Avanti Popolo”?

En el filme existen algunas elecciones muy claras y rígidas. De forma general, podemos decir que son planos fijos, frontales, sin cortes en acción. Yo tengo algunas reglas de trabajo que son parte de mi mundo cinematográfico. Y de forma obsesiva, las sigo muy rigurosamente.

La relación entre un director, su filme y el publico es una relación muy compleja y no se bien como comportarme con ella. De alguna forma, las elecciones minimalistas, o sutiles, y eventualmente familiares, pequeñas, son las formas que consigo encontrar para dialogar con el espectador sin sentirme mentiroso, o sin engañarlos demasiado. O sea, el cine miente y usa sus herramientas para conquistar los espectadores, para hacer su show. Eso es inevitable. Y yo, como cualquier cineasta, también lo hago. Pero yo siento que ese show tiene que ser muy consciente, y por tanto, minimizado, sin efectos brutos, y cuando digo efectos, digo efectos visuales, técnicos, pero también narrativos Y de alguna forma, esas elecciones estéticas en Avanti Popolo, son una forma de no permitir que la emoción de la experiencia cinematográfica supere la ambigüedad de las imágenes y su contenido.

Siempre tuve la sensación, cuando pienso mis películas, que no sé bien por qué mover la cámara. Escribo un guión dramático, y cuando voy a pensar la forma visual de ese guión, siempre empieza con un plano frontal, fijo y abierto. De alguna forma, ese plano es como si fuera la piedra bruta. El comienzo de cualquier foto. Frontal y abierto. Como el comienzo del cine.

Después empezamos a buscar sus ángulos, su proximidad, etc. Como si se tratara de tallar una piedra para llegar a una estatua. Y de alguna forma, siempre tengo dificultad en mover esa cámara, o de quebrar la piedra. No consigo entender por qué debería moverla. O si la muevo, ¿quién es que la está moviendo?

De una forma muy boba e infantil, no me acostumbro a la idea de ser un director/dios del relato. Tengo que explicarle al espectador quién es el que está viendo esta escena, este film. No es simplemente Michael Wahrmann. Y sé que es muy tonto lo que digo, pero es una angustia real y muy mal resuelta.

En mis otros cortos, siempre queda explicito quién está filmando, pues existe un juego de simulación. Y en Avanti Popolo, no se da ese juego. Por tanto, no hay movimiento. Y está claro que en ese momento entiendo la película que quiero hacer. O mejor, empiezo a entender su forma. Y si no encuentro ninguna razón para mover la cámara debe ser por alguna razón que así sucede. Y ahí entiendo porque no encontré la razón para mover la cámara y empiezo a entender la película que quiero hacer.

En esta caso descubrí que la película reside en la espera, y por eso no puede existir movimiento. Y si la película es sobre un tiempo que está quieto, el living es su símbolo mayor. Y si son décadas y décadas de historia detenida en el tiempo, necesito representarlas. Si el tiempo se ha detenido no puede existir un corte en la escena. Si no existe movimiento, no puede existir aproximación. No puede darse una identificación sentimental. Si la mirada es critica, así tiene que ser la del espectador. No se puede acelerar la acción, ni manipular los sentimientos, ni trabajar sobre la identificación. Es una película dura y fría. Es un film distante. Como el dolor de sus personajes. No como el que sentimos nosotros por ellos. Si no, como la historia, como la dialéctica. Como en Brecht: absurdo, hermético y muy lejano. El plano abierto, frontal, permite la observación y el respeto por los personajes. No se posiciona frente a ellos subjetivamente. Porque al identificarnos, al sentir por el personaje, lo transformamos en un ser subjetivo, y eso me resulta peligroso. No es un problema personal de un tipo llamado André. Es un problema de una nación, un mundo, que se ve reflejado en esas personas. No se trata de tener lástima por el perrito o el viejito, sino por nosotros. Que no nos sobra nada.

 

Y la música? Me parece que tiene ese papel de, por un lado, ser algo que, de cierta forma, conserva ese espíritu de un “pasado glorioso”. Por otro lado, igual que las películas Super8 que André encuentra en la casa de su padre, tampoco sus discos les ayudan a acercarse uno al otro. El espíritu musical del pasado glorioso ya no sirve hoy en día. Para vos cual fue la idea de este tema de la música – que, a través de la canción “Avanti Popolo”, incluso dio el título a tu film?

Como muchas cosas en este film, la música también parte de varias camadas de interpretación. La primera, es que me gusta mucho la música. No soy ningún experto, pero realmente me gusta, y me gusta mucho presentar nuevas canciones que descubro a mis amigos. Siempre prepare playlists para amigos, grave CDs, etc. Y de alguna forma, en mis películas, me gusta hacer lo mismo. No me interesan mucho los Original Soundtracks, hechos para las películas en especial. Claro que existen algunos increíbles que crean maravillosas relaciones con sus películas, pero por decir así, yo no se como lo podría hacer en una película mía. Entonces, voy atrás de lo que conozco, de lo que escucho. Y las canciones en Avanti Popolo son realmente aquellas que me gustan, que me interesan, que tienen a ver con mi mundo.

Y como para mi, la música tiene que si o si ser diegetica, (por razones explicadas en la primera parte de esta entrevista), eso acaba creando diálogos con la propia acción dramática del film, pues siempre precisamos saber de donde y como estamos escuchando esas canciones.

Y en Avanti Popolo, como sugiere el nombre, trabajamos mucho con los ideales, con la música de un tiempo en que era claro quien es quien o quien es el que esta de que lado del muro. Esas músicas de esperanza, de lucha, himnos populares, folclore político, que yo escuchaba cuando yo era militante político.

Aunque tenga apenas 33 anos , yo pase mi juventud en los movimientos de izquierda en Israel, donde crecí. Y como buen joven lleno de ideales y pasiones, realmente me sentía inspirado escuchando los Quilapayun, Daniel Viglietti, etc. Son mis héroes del pasado, aunque sean de un pasado mas lejano. Y todavía lo son. Todavía me emociono cuando lo escuchó. Creyendo o no, optimista o no, me emociono. Entonces busque la forma de enfrentar mi pasado, con el de mis personajes, con los del publico y que al mismo tiempo cuenten una historia relevante.

Y ahí entramos en mas detalles y referencias. La primera canción de la película, es una leyenda popular indígena cantada en los anos 30 en Brasil. Y nada tiene a ver con los cantos políticos de las próximas canciones. Pero igual me parece hermosa, y le invente un sentido político, que tal vez ni exista. De alguna forma, creando una suave ironía para ese comienzo del film. Lo que tiene sentido político real, y lo que no. Lo que es un mito y lo que no.

La segunda es de los Quilapayun, La Muralla, enseguida vemos algunos muros en el film. Y el film, habla de murallas de forma general. La de Daniel Viglietti, Me Matan Si No Trabajo, tiene dos partes que aparecen en el film. Una, que habla de un niño que mata otro niño, y enseguida aparece una escena de niños jugando con pistolas de mentira. Y la otra, sobre un ciego que vive sin ver cuando sale el sol. Como nuestro personaje principal al final del film, que no ve nada…

La música Rusa, que aparece en una de las escenas, casi por completa, me parece muy fuerte, y la quería dejar sin cortar, supuestamente como si fuera del Coro del Ejercito Rojo, pero en verdad es de un grupo llamado The Unternationale, compuesto por Rusos y Israelíes, que cantan en Idish y ruso, evocando ecos del pasado Sionista y Socialista de una forma muy irónica.

Y por ahí va, cada canción tocada en la película tiene algún significado narrativo, temático, dialoga con las imágenes, el asunto, etc. No son apenas canciones que tienen como objetivo fortalecer la imagen, o crear clima dramático especifico, y si son separadamente y en dialogo con lo que pasa en el film, una forma a mas de información y posibilidad de lectura. Son casi como si fueran un hilo narrativo del film. Un narrador contando y relacionando asuntos y escenas del filme.

El caso del nombre del filme, Avanti Popolo, viene de algunos lugares. El primero es que me gusta mucho ese nombre. Avanze Pueblo! Tiene mucha fuerza. Y en la película no hay pueblo, y los dos personajes que existen en el, no avanzan. Al contrario, están totalmente parados y inmovilizados. De nuevo, lo que comentamos antes, un himno de revolución des iludido. Cantado solitariamente.

Además existe otra película llamada Avanti Popolo, una película israelí del 89. Y el locutor de mi película menciona verbalmente esta otra película y hace un homenaje al Avanti Popolo de Rafi Bukai. Primero, porque me encanta esa película, y me pareció que ya que tenemos el nombre en común, por razones parecidas, pero diferentes, le debo ese agradecimiento; la Avanti de Bukai, es una de mis películas favoritas, del tiempo en el yo era joven y vivía en Israel. Y ya que mi Avanti dialoga con mi mundo, tiene algún sentido. Avanti de Bukai, es un poema duro sobre las guerras y el conflicto en el Medio Oriente. Es un puño en la barriga del espectador. Es un filme que te duele. Pero al mismo tiempo es un film con esperanza. Se cree en el hombre, en la bondad, en la utopía. Y de alguna forma, mi Avanti no permite esa salida. No es tan humanista como la de Bukai, y en esa distinción se insinúa un nuevo dialogo. Como el resto del film: son homenajes a mis héroes, pero con una mirada más pesimista y triste. Mi Avanti no es neorrealista como el film de Bukai; Es un film Post-mortem. En el de Bukai son los soldados que cantan “Avanti Popolo”, y tienen esperanza antes de morir; en el mío, yo canto solo, derrotado. Puede ser que si Bukai hubiera hecho su film en nuestro tiempo sería tan pesimista como lo soy yo. No lo sé.

La determinación de la gente por su pasado parece un tema importante en tus trabajos. Tus cortos “avós” y “Oma” ambos tratan de emigrantes judíos y sus nietos. Ambos tienen mucho que ver con tu propia historia familiar. “Avós” es una comedia (comenzando con la frase: “Humor es cuando a pesar de todo uno se ríe”), una ficción en forma de home-movie. “Oma” es una forma de documental, sobre visitas tuyas en la casa de tu abuela. Muestra la relación entre ustedes que es determinada por una falta de entendimiento. Por causa de la lengua – tu abuela te habla en alemán y vos repites una y otra vez “no entiendo”. Pero en el fondo me parece también estar una cierta imposibilidad de un acercamiento entre dos generaciones con sus respectivas experiencias históricas y personales diferentes.
Y como ves eso de las tres formas bastante diferentes que experimentaste para hablar de un tema que las tres películas tienen en común?

Avós y Oma, que para mi, son la misma película, o un espejo una de la otra y dialogan claramente con Avanti Popolo. De hecho, se puede decir que Avanti Popolo es una continuación temática y formal de las dos. Y el asunto generacional y de falta de comunicación existe en las tres. De formas distintas, pero con llaves semejantes en su lectura y imposibilidad de conciliación. De nuevo, volvemos a nuestra primera cuestión.

Las tres películas, para mi, son fatalistas. En Oma, existe una imposibilidad de comunicación explicita que solo aumenta, y hasta una cierta crueldad del nieto/director, que cuando vuelve a visitar su abuela por ultima vez, ella ya murió. En Avós, el nieto, no consigue cambiar los regalos de sus abuelas, no sopla las velas de su cumpleaños, y hace una película que no se puede ver.

O sea, no hay acercamiento posible, puede haber amor familiar, pero hasta el amor familiar es ambiguo, duro, dolorido. Visitar a tu abuela, que amas, puede ser insoportable cuando sois un niño, o un joven, o un adulto. Las relaciones con nuestras familias son difíciles. Los amamos, claro, siempre. Pero no es fácil el convivio. Y si todavía le sumamos traumas históricos que marcan cada paso de sus vidas…el precipicio que nos separa, es mayor.

La cuestión formal, en Avós y Oma, como dije, para mi son la misma película. Una ficción, otra documentario, pero el dispositivo es muy parecido. Una mas “comi-tragica” la otra mas intima y dura, pero son experimentos que intentan encontrar la forma adecuada para expresas mis anhelos personales. Y hasta Avanti, en su forma, me parece muy semejante. Si de forma general, Oma y Avós son películas mas rápidas, en sus cortes, con cámara en la mano, un poco nerviosa, Avanti va para el otro extremo para tratar de lo mismo. Y si, son experimentos míos, diferentes formas por un lado, en ese sentido, pero las estructuras dramáticas, muy parecidas. Y esa estructura dramática parecida, su relación con el espectador y el cine, me parece mucho mas relevante y por tanto semejante que lo puramente estético que aunque parezca diferente, es igual. La búsqueda y las dudas, siguen sin respuestas.

Vos con tu historia personal – nacido en Uruguay descendente de judíos alemanes , viviste muchos años en Israel y ahora vives en Brasil – como ves ese tema de determinación de la gente por su pasado personal e histórico, si lo llamamos así?

Yo empecé a hacer cine en Brasil, lo que siempre fue un poco problemático, pues, no soy brasilero y nunca me sentí muy cómodo en retratar temas puramente locales. Al mismo tiempo, yo deje Uruguay a los 6 años, así que hacer cine en Uruguay también me parece un poco complicado en ese sentido. En Israel, que es donde crecí y pasé la mayor parte de mi vida, nunca me sentí muy en casa; me fui y no pienso volver.

Entonces, esa cuestión de identidad, de dónde hacer cine, puede ser un problema. Por otro lado, como yo asumo muy abiertamente esta multinacionalidad, o la falta de una nacionalidad precisa, este problema se ha transformado en tema y en solución; me permite mezclar cuestiones, no preocuparme por las fronteras y temáticas vinculadas a la de identidad y cuestiones nacionales

Mis primeros cortos, Avós y Oma, son muy autobiográficos: retratan mi familia, y de alguna forma están muy conectados a la identidad judía, naturalmente adaptados al Brasil. Esa fue mi primer salida, o solución para hacer cine en Brasil. Encontrar lo que realmente es mío y puedo contar con total convicción.

En Avanti Popolo, la historia no es tan autobiográfica, pero sí nace de mis historias y referencias personales: mi juventud como militante en la izquierda israelí, las historias de mis padres durante la dictadura uruguaya, mi tío que se fue a la ex URSS y nunca volvió, etc.

De esa forma, esa adaptación de temas personales, referencias, a una historia universal, digamos, acaso la adaptación de Esperando Godot en este caso y su adecuación a una espera de un padre por su hijo, me permitió hacer una película muy brasilera.

Al mismo tiempo, de una forma muy consciente y elaborada, Avanti Popolo es latinoamericana. Cuenta la historia de Brasil, tiene sus referencias internas, sus asuntos sobre el cine, etc. pero es más que todo, una historia latina; se trata de un mínimo retrato, y muy intimo, sobre el fracaso de una utopía, de una generación; esa utopía que fue la misma en Brasil, Uruguay y si queremos, también en Israel.

En “Oma” ocurre algo que me parece muy interesante. Por mas que transcurre el corto de 22 minutos, mas los papeles entre vos y tu abuela se parecen invertir. Sentimos que, de cierta forma, es ella que que asume la dirección y vos sos el que literalmente no entiende. Y mucho de eso se cuenta solamente a través de pequeños gestos, miradas, pocas palabras (incluso algunas en alemán no subtitulado). Te interesa hablar un poco sobre como construyes los personajes en tus películas? Me parece que tanto en “Oma”, cuanto en “Avanti Popolo” también en este sentido se nota el concepto ya mencionado que a través de un minimalismo o una sutileza, se puede lograr un efecto más fuerte.


Si, con respecto a Oma, existe una relación muy tensa, pues claramente tenemos una dualidad de papeles. Por un lado un objeto – la abuelita, que no ve bien, no escucha bien, es frágil y tal vez ni sepa que la están gravando, y por el otro, un nieto, grande, fuerte, que habla alto, de 25 anos, que insiste y tal vez en algunos puntos, abusa de su poder como director. Pero al mismo tiempo, ella es muy consiente de lo que esta pasando, como decís tu, hasta el momento que invierte los papeles y dirige ella la escena. Ella exige su foto. Y eso es inmediatamente después de que descubrimos que no ve nada. Que es todo gris. O sea, por un lado es una película sobre problemas de comunicación entre generaciones, pero existe una camada muy fuerte, que discute las relaciones de fuerza dentro de una familia y por tanto dentro del cine. Los limites de lo que se puede y no se puede.

Y en ese sentido, no me parece que es el papel del cineasta, definir la ética, o el buen comportamiento. Si es su papel hacer cine que cuestiona eses asuntos. Ahí le puede caber al critico, académico, periodista, y tal, esos juzgamientos morales. Nosotros, como creadores tenemos que estar dispuestos a sernos juzgados, así como nuestros personajes. No los podemos juzgar nosotros, ellos tienen que ser discutidos por el publico. No podemos ser moralistas. El cine contemporáneo y la tragedia griega, son cosas diferentes, no podemos mas trabajar bajo una llave que tiene que necesariamente llegar a un aprendido moral, histórico, etc. Y si, llevar a dudar de lo que tenemos, o somos.

Cuando me preguntan, pero que quieres decir con tu película? Cual es el mensaje? Yo no se responder. Pues no es mi papel elaborar mensajes. Cada uno con su trabajo. Yo tengo que preguntar. Preguntar y contradecir todo lo que hago y digo. Pues profundamente creo que así es la vida. Contradictoria. Y realmente no se cual es la verdad. la intención es que cada espectador encuentre su verdad, o su mensaje dentro lo que yo pretendo discutir. Claro que tengo algunas convicciones, y posicionamientos políticos muy claros, y están presentes en las películas, pero ellos también tienen que ser dudados. Pues quien soy yo? No soy un político.

Y es de esa forma que trabajo los personajes. Como no soy contador de historias, no se crear nada de nada, inventar, soy muy limitado, uso lo que existe y intento manipularlo, contradecirlo, cortarlo, editar, y dejar en la pantalla, aquellas partes que me interesan. Por tanto, en Avós, los personajes son basados en mis abuelas, de verdad, en mi, de verdad, en situaciones reales. En Oma, eso esta demostrado, pues la Oma del documentario es idéntica a la Oma de la ficción.

Avanti Popolo, inicialmente, era apenas una película sobre un padre esperando a un hijo. Y la primera referencia fue Esperando Godot. Ahí surgió la idea de llamar a André Gatti, pues se trató de una asociación libre sobre la obra de Becket; el guión inicial se llamó, consecuentemente, Esperando Gatti. André fue mi profesor en la facultad de cine, y un personaje muy querido y fascinante. Me pareció adecuado de que él fuera el protagonista principal del film. Como persona, y también y en consecuencia como referencia cinematográfica.

Le propuse la idea y enseguida aceptó. En ese punto, empezamos a dialogar sobre varias ideas del film; historias y momentos fueron creados junto a él a partir de sus propias historias y referencias. De alguna forma, incorporando el personaje Gatti a la persona y viceversa. O sea, construí el personaje encima del actor y lo que fui descubriendo de el. Por tanto, si lo encuentras en la calle, vas a ver el personaje, no un actor.

Después, empecé a buscar a su padre. Yo tenía en mente a Dib Lufti, un fotógrafo brasilero de otro tiempo, que trabajó con Glauber Rocha y todos los integrantes del Cinema Novo. Precisaba de un “no actor”, igual a André, pero que entienda alguna cosa de cine. Inicialmente, para facilitar mi vida, no para crear un dialogo cinéfilo.

Unos meses después, estuve con mi corto, Avós, en el Festival de Amiens, en Francia, donde por azar, Carlos Reichenbach fue homenajeado. Pasamos unos días juntos, y en un momento lo miré y pensé: “¡Carlos es idéntico, físicamente a André!” Los dos son altos, de cara larga, pelo largo, barba, ojos un poco perdidos (en ese entonces, Carlos tenía cataratas y no veía casi nada). Pasé la noche pensando al respecto, y al día siguiente, ya casi volviendo a Brasil, lo encontré paseando por las calles de Amiens. Ahí le conté sobre mi película, que en ese entonces era tan sólo un corto, y lo invité. Él me dijo que no era un actor, y empezamos una larga charla que duró unos meses hasta que lo convencí de que era exactamente eso que buscaba: no actores y si posible, casi ciegos. Y nuevamente, trabajando el personaje no actor y moldándolo a mis necesidades. El único problema es que dos semanas antes del rodaje, él fue operado y se sacó las cataratas. O sea, yo lo quería casi ciego, pero de repente empezó a ver…

En definitiva: son personas que me funcionan en sus personajes, son cercanas. Y si uno quiere, su vida real crea un nuevo significado o profundiza el significado en su representación. Por eso llamé a Eduardo Valente para hacer el papel del taxista; precisaba de un taxista muy irritante, que hable mucho y cuente anécdotas raras. Y Valente es así en persona: habla mucho y es un poco irritante, pero igual lo queremos mucho y me sorprendió con la asimilación del papel que le di, pues me parece que tiene un manejo de ritmo y escena, estupendo, claro, como buen director que es.

Y como a mi no me gustan los actores profesionales, no tengo paciencia, son muy carentes y siempre necesitan de atención, me funciona bien hasta ahora, trabajar con personajes y no con actores. Pero no se si será así para siempre.

En septiembre 2013 Michael Wahrmann va a presentar “Avanti Popolo” en el Filmfest Hamburg. Ver la programación en www.filmfest-hamburg.de;

 

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